En un territorio marcado por verdes paisajes donde se encuentran suelos fértiles desde el Valle de Lena a los típicos y característicos muros de piedra caliza que definen el paisaje de la sierra de São Mamede, son muchos los motivos para degustar los sabores y aromas únicos de esta región.
Al ser la cría del cerdo más que una costumbre una necesidad de las gentes de las aldeas, las matanzas se constituían como actividad recurrente de estos lugares y dieron origen a la creación de algunos bocados que son auténticas delicias, apreciadas por muchos.
En este contexto surgen las conocidas fritadas, preparadas en cazuela de barro, a las que se llama «Tachadéu», uno de los platos típicos de Reguengo de Fetal.
La zona de Alta Extremadura es la región por excelencia de las morcillas de arroz, existen aproximadamente 20 variedades distintas de este embutido que se asume como marca ancestral de las matanzas del cerdo.
En Batalha existen diferentes tipos de morcilla de arroz, entre las que destaca la morcilla «blanca», tradicional de la localidad de Reguengo do Fetal y cuya confección no incluye sangre de cerdo.
Esta es una de las delicias bastante características del Municipio de Batalha, más concretamente de la parroquia de Reguengo do Fetal. Dicen los más antiguos, que las cavacas tradicionales proceden de Ponte de Lima y fueron llevadas a Reguengo a través de Maria dos Ramos, original de aquella localidad de la zona de Minho.
Las cavacas de Reguengo son muy demandadas, especialmente en los días festivos de esta aldea del municipio de Batalha, se presentan de un blanco inmaculado, con un sabor y texturas originales.
Siendo el bacalao un ex-libris de la cocina portuguesa, no hay ningún buen restaurante que no se lo ofrezca a sus clientes. Y, puesto que se presta a las combinaciones más diversas, destacan las «Tibornadas» de bacalao, en una presentación que recuerda a los tiempos de nuestros abuelos.
En los viejos tiempos, cuando los lagares de aceite existían en abundancia en las aldeas de la sierra, se juntaban en convivencia los dueños de estos espacios y compartían con amigos aperitivos con patatas al horno y, añadiendo el bacalao, dejaban que el aceite fuese el rey de esta delicia que agradaba a todos quienes probaban este manjar.
Los vinos de Adega Cooperativa de Batalha ya han conquistado diversos premios tanto en Portugal como en el extranjero y se consideran excelentes embajadores de esta región, con suelos fértiles y clima templado que influyen en la calidad de la producción vinícola de la región. Desatacamos los caldos «Real Batalha» y «Baga» que se asumen como vinos singulares constituyendo una excelente forma de conocer y saborear este territorio.
Más información en: www.adegadabatalha.pt